Toluca (México), 14 (EFE).- Arqueólogos mexicanos hallaron un centro astronómico y ceremonial prehispánico dedicado al dios de la lluvia Tlaloc en el lago de la Luna, ubicada al interior del volcán Nevado de Toluca, centro de México, informaron hoy especialistas.
En el lugar, a 4,200 metros sobre el nivel del mar, los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron a 8 metros de profundidad del lago materiales que se usaban en las ceremonias a Tlaloc, el dios mexica de la lluvia.
El Nevado de Toluca es el cuarto volcán más alto del país, está a 135 kilómetros de Ciudad de México.
El arqueólogo Arturo Montero, jefe de arqueología subacuática del INAH, dijo a la prensa que también encontraron fragmentos de turquesa y obsidiana.
Entre los materiales hallados están unos cetros de madera y tienen una antigüedad de entre 500 y 700 años y una dimensión variable, el más largo es de un 1,22 metros.
Explicó que "son piezas de madera demasiado burdas, que sólo se han localizado en la cumbre del (volcán) Iztaccíhuatl (en los límites de Puebla y Estado de México), en el templo mayor de Tlatelolco (Ciudad de México) y ahora en el Nevado de Toluca", en el Estado de México, todos en el centro del país.
Indicó que este es un importante descubrimiento no sólo por el número de piezas que han localizado, sino por las buenas condiciones en que están.
A los arqueólogos les extraña el estado de conservación de estas piezas ya que las aguas de esa laguna son altamente ácidas.
Montero destacó que en el códice Durán hay representaciones del Dios Tlaloc portando en "cetro rayo serpiente".
Dijo que los pobladores del México prehispánico utilizaban el cetro porque creían que podían provocar "la lluvia y el relámpago y eran enterrados en octubre de manera vertical".
El especialista afirmó que una parte importante de este trabajo de investigación es que esperan encontrar restos de los sacrificios de niños.
"A Tlaloc siempre se le ofrendaban infantes que eran seleccionados por ser muy llorones y por tener dos remolinos en el pelo, que era una forma de representar también a la lluvia", dijo Montero.
En las ofrendas también localizaron numerosas espinas de maguey (cactus) que eran utilizadas por los sacerdotes para autosacrificarse, pinchándose las manos y el pene.
Víctor Arribalzaga, jefe de campo en los trabajos en tierra en el Nevado de Toluca, dijo que también descubrieron una calzada de unos 500 metros que desemboca precisamente en la parte del lago donde se han encontrado las ofrendas.
Dijo que se cree que por esa calzada llegaban numerosas procesiones a rendir culto a Tlaloc, aunque las ofrendas sólo eran colocadas por los sacerdotes, pues eran los únicos que podían portar el cetro.
Arribalzaga señaló que encontró esta calzada realizando una inspección por el lugar y al subir a un cerro conocido como "El Ombligo", dentro del mismo cráter, se percataron de la calzada.
Una fotografía satelital confirmó los datos, añadió.
El especialista precisó que esta es la primera vez que se unen en una investigación la arqueología de alta montaña y la arqueología subacuática.
Durante el recorrido con la prensa por el lugar, el buzo estadounidense Johan Reinhard, quien trabaja para National Geographic, al sumergirse al lago encontró otro centro de unos 67 centímetros de largo.
"Lo localicé a unos 3,50 metros de profundidad, debajo de una capa de arena, en la parte más chiclosa del lago", indicó Reinhard.
Montero concluyó que aún es difícil fechar con precisión las piezas localizadas en el sitio, pues aún tienen que pasar a laboratorio para su análisis y fechamiento, pero se cree que fueron depositadas en el lugar entre el año 1300 y 1500 de nuestra era, probablemente por grupos indígenas aztecas, otomíes y matlazintlas, del centro del país.
Wednesday, May 16, 2007
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